Debe ser que Pablo Moro ronda mi edad(será algo mayor), porque sus recuerdos de la infancia, en muchos casos, coinciden con los míos. En Álbumes de fotos el asturiano desenpolva su vieja caja de fotografías y nos las va mostrando una a una.
Dicen que es la infancia el periodo más feliz de nuestra vida, y debe ser cierto porque no se nos escapa una sonrisa más sincera que cuando recordamos nuestras historias de niños. Es curioso que, cuando somos pequeños, nos pasamos los días soñando y pensando en qué haremos cuando seamos mayores y, una vez nos convertimos en adultos, daríamos lo que fuera por echar el tiempo hacia atrás y volver a ser niños. Yo soy de los que aún no echa del todo de menos el ser niño porque en cierta manera lo sigo siendo, por dentro...e incluso por fuera.
No dejeis de escucharla si por casualidad nunca lo habeis hecho.
Del tabaco a escondidas, de rodillas heridas,
de gaviotas que cantaban Duncan Dhu, de un reloj
sin agujas, de los cuentos de brujas, de querer
crecer como crecieras tu
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