jueves, 10 de abril de 2008

"Bajo la lluvia", Quique González

Hay días completos, de esos en los que haces de todo y llegas a casa a la hora de cenar contento, satisfecho con lo que la jornada ha dado de sí. Hoy, sin duda, ha sido uno de ellos, y ni siquiera la infinita lluvia ha podido estropearlo. Ya dije un día que la lluvia tiene un algo especial, ya sea el sonido o la sensación de regeneración, de limpieza, que queda después de ella.
Ante un día lluvioso tenemos dos opciones; quedarnos agazapados en casa esperando que llegue el buen tiempo, o intentar disfrutar de lo que la lluvia nos puede ofrecer, que no es poco. Pasear empapado entre la marabunta de paraguas mientras escuchaba ésta canción ha sido mágico, y ni el terrible aguacero que me abofeteaba la cara ha podido mojarme los los labios, que han quedado impermeables después de rozar los tuyos
Quique González es de los afortunados que disfruta de ella, como demuestra esta canción, en la que recuerda cómo admiraba a su Betty mientras ella bailaba bajo la lluvia. Es una canción de esas a las que les coges cariño con el tiempo, cuando, después de haberla escuchado mil veces, por fín la entiendes como es.
Puede seguir lloviendo, me da igual que diluvie, siempre y cuando te pueda ver. Porque, si no bailar, ha sido un placer estar contigo Bajo la lluvia.

Y te vi bailar bajo la lluvia
y saltar sobre un charco de estrellas
te vi bailar bajo la lluvia
esperando la luna llena
Volverás a reírte de veras
cuando creas que estaba perdido
volverás a reírte de veras


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