lunes, 12 de mayo de 2008

"Con la frente marchita", Joaquín Sabina

Antes de nada, he de reconocer que no soy un devoto de Joaquín Sabina, pero le reconozco una extraordinaria habilidad para escribir preciosas letras, otra cosa es que no me guste ni su voz ni su manera de ser. Hay canciones que sabes que no vas a olvidar nunca, y yo sé que nunca voy a olvidar Con la frente marchita. Y sé que la voy a recordar eternamente, simplemente por una frase, un puñado de palabras que dicen más que mil novelas. No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió. Así de claro, escueto y conciso. Una frase que yo llego a entender milimétricamente, y con la que me llego a identificar hasta fundirme en ella. Porque me ha pasado muchas veces, echo de menos cosas que nunca han pasado, simplemente por desear que sucedan con todas mis fuerzas.
Del resto de la canción poco hay que decir, poco importa. Habla sobre un amor hispano-argentino, que se queda en el gran charco, camino de Río de la Plata.

Duró la tormenta hasta entrados los años ochenta.
Luego, el sol fue secando la ropa de la vieja Europa.
No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca, jamás, sucedió.
"Mándame una postal de San Telmo, adiós, ¡cuídate!"-
Y sonó entre tú y yo el silbato del tren...

Iba cada domingo a tu puesto del Rastro a comprarte
monigotes de miga de pan, caballitos de lata
Con agüita del mar Andaluz quise yo enamorarte,
pero tú no querías otro amor que el del Río de la Plata.


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