Llegó el día C, hoy a las nueve de la noche estaré viendo mi primer concierto de Calamaro. Bilbao se ha puesto su mejor vestido, el de lluvia, para recibir al argentino, y aunque de entrada no me gustaba la idea de que hubieran cambiado el concierto a La Casilla (en un principio iba a ser en la plaza de toros), mirando al cielo me alegro, porque si no lo habrían tenido que suspender como tuvieron que hacer con el de Burjassot dos veces ya. Me extraña no estar nervioso, aunque supongo que a medida que avance el día mi estado irá cambiando, pese a que sospecho que agoté mis nervios semanales el jueves con Vetusta Morla. Y es que, pese a que me muero de ganas por ver a Andrelo, muy pero que muy bien lo va a tener que hacer para que yo salga más satisfecho de lo que salí el jueves del Antzoki. Podeis pensar que estoy loco, que mientras uno es una leyenda del rock los otros están empezando ahora, pero es lo que siento, es lo que hay.
Hoy he elegido otro tema que me apasiona de Andrés, Estadio Azteca, dedicada a un campo de fútbol mexicano que es el único que ha tenido el honor de ser sede de dos mundiales de fútbol.
A esta canción le tengo mucho cariño porque es una de las que siempre sonaban en el bar de mi pueblo cuando estaba cerrando (hace tiempo que no me quedo a ver cómo cierra), y todos nos la sabíamos y la cantábamos prendidos a una botella vacía. Es curioso que cuando he empezado a escribir el post decía que no estaba nervioso, y ahora mientras escribo y escucho la canción, estoy empezando a notar un ejército de hormigas desfilando por mi estómago.
Os dejo dejo en el Estadio Azteca, espero que os guste el partido..
Cuando era niño,
y conocí el estadio Azteca,
me quedé duro, me aplastó ver al gigante,
de grande me volvió a pasar lo mismo,
pero ya estaba duro mucho antes...
No hay comentarios:
Publicar un comentario