"In my arms", Teddy Thompson

Teddy Thompson nació en Londres, en el seno de una familia muy estrechamente unida al mundo de la música, y es que sus padres (Richard y Linda Thompson) son artistas reconocidos en la escena folk-rock londinense. Al alcanzar la mayoría de edad Teddy se mudó a Estados Unidos para iniciar su carrera musical, y sus primeros pasos en el mundillo los dio en la banda de su padre, donde cantó y tocó la guitarra durante un buen puñado de años. Al mismo tiempo que compartía estudio y gira con su progenitor comenzó a escribir sus primeras canciones, pero no fue hasta el año 2000 cuando por fin publicó su debut en solitario, un disco con el original nombre de Teddy Thompson que recibió grandes elogios de la crítica pero ue fue un fiasco a nivel comercial. Tuvieron que pasar cinco años para que Teddy volviera a encerrarse en un estudio, esta vez con la inestimable ayuda de los hermanos Wainwright, grandes amigos del londinense, y fue entonces cuando comenzó a despegar. En estos primeros discos Teddy se acercaba a lo que hoy conocemos como songwriter, trazando bonitas letras que caminaban entre el folk y el rock, con un estilo clásico. Yo lo conocí con Upfront & Down Low, un tercer disco en el que ya se permitía versionar sus temas favoritos del country y con el que por fin alcanzó el reconocimiento que tanto había buscado, pero su consagración definitiva llegó con A piece of what you need, su último trabajo, el más exitoso de todos sin duda. El disco fue producido por Marius de Vries (Annie Lennox, U2, Bowie, Madonna...), y el sonido de Teddy adquirió una dimensión más, abrazando el pop y acercándose a un estilo ago más comercial, sin abandonar ni mucho menos su espíritu folk rock. A piece of what you need es un álbum delicioso que nos descubre a un trovador contemporáneo con una gran versatilidad, y hoy quería compartir un trocito de ese disco con vosotros. Sé que aunque yo me quedé en casa anoche, ahí fuera es domingo, y qué mejor que una canción tan reconfortante y bonita como In my arms para encararlo con buen humor...