viernes, 26 de diciembre de 2008

Quique González en el Kafe Antzoki de Bilbao, 23 de diciembre del 2008



Han pasado ya dos días desde el increíble concierto y aún no he salido del estado de emoción en el que me sumergí desde el primer acorde. Era mi octavo concierto, la octava vez que veía a Quique en vivo, y puedo asegurar que jamás había hecho un concierto mejor conmigo entre el público. Fui al concierto con la intención de no grabar nada, y acabé grabando todo lo que pude y un poco más, quería guardarme cada instante de magia para toda la vida, para poder saborearlo siempre que me venga en gana. Ya sabeis que los vídeos que graba mi cámara no son excelentes precisamente, pero lo compensa el sonido, bastante aceptable, y lo más importante al fin y al cabo.
La web del Antzoki ya avisaba desde un par de días antes que no había entradas, así que os resultará fácil adivinar el ambiente que se respiraba en la sala, el de las grandes ocasiones, con un público ansioso del madrileño después de 365 días exactos sin pasarse por la capital vizcaína. Pero antes que Quique actuaban los Chicktones, el grupo liderado por Fernando Macaya, invitados por el Kid para éste y algún otro de los pocos conciertos que le quedan por ofrecer de esta larga gira. Conocía la música de los cántabros, pero no imaginaba que con una guitarra, un contrabajo y una batería pudieran llegar a sonar tan bien. El rollo rockabilly que llevan me encanta, Mac es un genio a la guitarra, un cowboy de los pies a la cabeza, y cumplieron a la perfección la siempre complicada tarea de distraer a un público ansioso por ver a un artista que no eres tú. Entre sus canciones me gustó mcho escuchar Esperándote, el tema en el que Quique colaboró en su anterior disco, y un regalo que nos hizo a todos los presentes, una canción de Autopista hacia el zulo que sonó genial y pronto subiré.



Se despidieron los cántabros y entonces sí que sí, ya no había vuelta atrás, ya sólo faltaba que Quique y su Aristocracia del barrio subieran al escenario y encendieran Bilbao, y lo hicieron bastante puntuales por cierto. Pronto aparecieron Quique, Javi, Karlos y Jacob y empezó la magia. Yo apostaba con Zarra cuál sería la primera canción, él apostaba por Hay partida y yo por Cuando éramos reyes (la que más eché en falta), pero nos sorprendió a todos al ritmo de Pájaros mojados. Todo olía bien, la voz de Quique sonaba clara y nítida, lucía una enorme sonrisa de complicidad y estaba claro que todo lo que quedaba por delante iba a ser especial, mucho además. Siguió con Caminando en círculos, y para esta segunda versión ya se podía comprobar como ha ido evolucionando la banda desde la última vez que los ví, Javi Pedreira está mucho más suelto y lleva las canciones a su terreno, a su sonido, y eso me encanta. Quique, cada vez más melenudo, parece ir dejando de lado esa timidez que le hacía esconderse detrás de su flequillo y está cogiendo unos aires de rock-star que me fascinan. Se le ve suelto, con más confianza que nunca, y eso se nota sobre todo en su manera de jugar con las canciones. Pronto Karlos empezó a romper la batería con la impresionante Kamikazes enamorados, una de las canciones que más ganan en directo. Quisiera hacer una mención especial al trabajo del tolosarra con la batería, su forma de vivir las canciones, y esa fuerza que le da lo hacen indispensable en esta banda, y es en canciones como ésta cuando te das cuenta de lo muchísimo que aporta.

Pájaros mojados


Caminando en círculos


Kamikazes enamorados


No os lo he avisado antes, pero, como siempre, tendreis que perdonar que no recuerde el orden exacto de las canciones y que, por supuesto, me deje algunas en el tintero, pero esto es lo que hay... ;)
Después de semejante comienzo, yo era incapaz de articular palabra, no podía quitar la vista de Quique, no quería perderme ni un detalle, y el primer gran escalofrío de la noche me llegó al adivinar el comienzo de Crece la hierba, una de las canciones más bonitas que ha escrito y que, si no recuerdo mal, jamás le había oído tocar. No había estrella que ardiera entre Quique y yo que me impidiera estar cerca de él, tal era mi estado de emoción que había veces en las que pensaba que tocaba para mí, que no había nadie más a mi alrededor. ¿Quién necesita una canción de amor cuando se tiene la violencia en vena?. Yo sólo necesitaba sus canciones, y cuando tocó la nueva versión de Palomas en la Quinta yo estaba seguro de que no podía haber días más grandes por mucho que él lo repitiera. Ésta canción suena de miedo en vivo, y es otras de las que nunca le había escuchado cantar en directo por muy extraño que parezca.

Crece la hierba


Palomas en la Quinta


Cuando apenas llevábamos seis canciones yo ya le comentaba a Zarra que jamás había visto un concierto de Quique en el que todas las canciones sonaran tan exageradamente bien (y no precisamente porque haga malos conciertos), a esto ayudaba el Antzoki, una sala con una acústica magnísfica donde Quique siempre se siente como en casa, y por qué no decirlo, un público entregadísimo que no se cansó de aplaudirle y jalearle. Sonó El campeón, un tema que no imaginaba que fuera a formar parte del set-list y que me encantó disfrutar, para dejar paso a Por caminos estrechos y romper mi corazón con la nueva versión de Nos invaden los rusos, mi canción favorita del último disco. Quique, sentado en su piano-coche envolvió la noche bilbaína en papel de regalo y me hizo estremecerme. Siempre digo que pocas cosas en el mundo pueden hacerme sentir como un concierto de Quique, y es escuchar canciones como ésta en directo lo que hace que me sienta así. La Aristocracia del barrio son sin duda la mejor banda que he tenido el gusto de ver en directo; Karlos lleva los latidos de las canciones en sus baquetas, Jacob son los suspiros, los secretos, Javi es la rabia y la elegancia, y Quique, el alma. Suena tan natural, tan perfecto, que incluso me da un poco de miedo, ¿cómo una simple canción puede desordenarme todo lo que tengo dentro?. Increíble, como siempre, el solo de Javi Pedreira, tan injustamente criticado por los más puristas y tradicionalistas seguidores de Quique, pero que a mí, qué quereis que os diga, me parece sencillamente el mejor. No había recuperado la respiración todavía cuando el madrileño decidió darle otro puñetazo a mi estómago con Rompeolas, una canción que me hace echar de menos algo que nunca he tenido ni, obviamente, perdido. Rompeolas me pone triste y me humedece los ojos, menos mal que continúo con Avería y Redención, porque mi corazón, como todos los pájaros, estaba mojado. Se levantó del piano y el Antzoki se lleno de luciérnagas azules con Vidas cruzadas, una de las más coreadas por el entregado público.

El campeón


Nos invaden los rusos


Rompeolas


La noche ahora tiraba por el camino de en medio, por el del rock, y qué mejor canción que Suave es la noche para que la gente, definitivamente, rompiera a sudar. Quique, escueto en palabras como siempre, decidió hacernos su particular regalo navideño, y nos dijo que en algunos conciertos tocaban la versión que se había votado por internet y que, por supuesto, el del martes era uno de ellos. Nos la dedicó a todos los que votamos en la web, así que se me hizo más especial aún si cabe, Paloma chocó frontalmente con mi corazón, y es que es una de mis canciones favoritas. De hecho, me hizo más ilusión vérsela tocar a Quique que a Andrés el año pasado, y fue gracioso ver como el Kid amagaba a ratos imitando la voz de Andrelo, un gran amigo suyo además de referente musical. Después de la explosión que supuso la versión, Quique decidió no darme tregua y atacó con Piedras y Flores en una increíble versión, para continúar con la trepidante Hotel Los Ángeles. Y aquí llegó el momento, Quique se soltó la melena y, desnudo, sin guitarra, se puso a cantarla con toda la energia del mundo para en mitad del tema y ante el asombro de sus compañeros de banda, sentarse al piano, disfrutando como un niño de su escenario y sus canciones.

Suave es la noche


Paloma


Flores y Piedras


Hotel Los Ángeles


Nos sorprendió a todos sentándose de nuevo al piano para interpretar el ya convertido en himno Pequeño Rock&Roll y, sobre todo, Calles de Madrid, otra que jamás hubiera esperado escuchar. Continúo con el que fue el primer single de su carrera, Personal, e invitó a Macaya a subir al escenario para hacernos un descosido con Te lo dije, que sonó brutal con la guitarra extra del cántabro. Creo que fue en este momento cuando se despidieron por primera vez, aunque nadie se lo creyó y volvieron a salir en seguida. Pedreira lo rompió con su solo en Hay partida y llegó El Momento. Quique contó como a su primer concierto en Bilbao hace ya diez años sólo asistieron 12 personas, y ahora se le veía emocionado con todo el Antzoki a sus pies. Y me la regaló, Los conserjes de noche sonó de una manera que jamás lograré quitarme de la cabeza. La suerte es una ramera de primera calidad, pero a mí últimamnete me sonríe como nunca. Podía masticar cada una de las palabras que la componen y, para qué os voy a engañar, no lloré, pero fueron más de una lágrima la que se me suicidó desde los ojos. Los momentos en los que Quique callaba y nos dejaba cantar fueron algo más que mágicos, podía sentir toda la intensidad de la canción corriendo por mis venas, inolvidable como pocas cosas he vivido.

Calles de Madrid


Personal


Te lo dije


Los conserjes de noche



El concierto entraba en su fase final, y Quique nos ofreció un Se nos iba la vida, defendiéndola solo con su guitarra, como en los viejos tiempos. Salitre tenía que sonar, y así fue, además con un guiño a Bide Ertzean, el grupo de Karlos. Me gusta tocar con Bide Ertzean, Non dira? repetía para goce los muchos seguidores de los guipuzcoanos que había en la sala, y la guinda del pastel la puso con La ciudad del viento, el último estremecimiento de la noche. Los aplausos, como era de esperar, se prolongaron por casi diez minutos, y es que habían sido alrededor de dos horas y media de concierto, con una banda entregada. Creo que se llevó el más merecido de los aplausos, y su sonrisa tímida indicaba que, en efecto, había disfrutado de la noche, incluso lanzó su chaleco al público, lástima que lejos de mi alcance... ;)

Salitre


La ciudad del viento


En definitiva, probablemente el mejor concierto en el que jamás haya estado, o al menos en el que más cosas me ha hecho sentir, eso sin duda. Una noche perfecta que me ha dejado las ganas de volverlo a ver muy pronto aunque ahora vaya a descansar un tiempo. La única pega, ése público que se pasa el concierto pidiendo una determinada canción, les da igual que esté sonando otra, ellos la siguen pidiendo. Joder, si lo único que te gusta es Salitre, te pones el disco en casa y lo machacas, pero cuando empiezan las canciones, qué menos que callar y respetar a los que tienes al lado y, sobre todo, al artista, ¿no?. No, no soy un cascarrabias, pero es que tenía a unos al lado...
Espero que aunque atropellada y precipitada, esta crónica haga que al menos os podais hacer una idea de lo que se vivió en el Antzoki la noche antes de Navidad, y lo que os perdisteis aquellos que pudisteis y no quisisteis ir, zoquetes... ;)









10 comentarios:

Traubert dijo...

¿Tocó "Se nos iba la vida" y no la grabaste? Mikel, ¿por qué? jajajajaja

Es una de las pocas que nunca le escuché en directo, y mira que le he visto veces...

Mikel dijo...

¡Alfredo!
Sí que la grabé, pero con otra cámara y al estar en otra carpeta no la he subido, pero lo haré.
Nunca se la has oído tocar?yo, por lo menos, tres veces!
Un abrazo y pasa buenos días!

Traubert dijo...

Que yo recuerde no, y le habré visto... no sé, como diez o doce veces, en Oviedo, Gijón, Bilbao, Madrid, Salamanca... Eso sí, la primera vez que le vi fue en la gira de "Peleando a la contra", antes nunca fue posible.

Sube la canción¡¡¡ jejeje

jmgil dijo...

Mikel, que te voy a decir que no sepas ya :)
Creo que es el mejor directo que se puede ver en este país a día de hoy.
Me alegro que lo disfrutaras tanto como lo hice yo.
Un abrazo!

Mikel dijo...

Alfredo, te he dejado en tu blog el enlace del video que grabamos hace un tiempo de "se nos iba la vida", hasta que suba el nuevo...

jmgil, como casi siempre, de acuerdo contigo. No creo que nadie en España esté preparado para dar un espectáculo de la calidad de los conciertos de Quique..

Un abrazo a los dos!

Anónimo dijo...

Pues ayer en Madrid yo lo vi también muy muy grande jaja
Pero pensaba que iba a tocar las mismas canciones en todos los concis y no! Porque yo no recuerdo Crece la hierba con lo que me gusta!
Y eché de menos mucho muchito "De haberlo sabido".

Aquí tocó dos canciones con Leiva y su hermano y también la que tú dices con el cantante de los ChickTones (coincido contigo en que hacen muy muy buena música eh! yo no los había escuchado antes y el ratillo que estuvieron se me pasó rapidísimo!)

A Quique le vi un poco timidín, la gente le decía "relájate" jaja Y sí, también hubo MUCHOS pesados con el "salitre, salitre" Que claro, al dejarla para los bises, imagínate el tiempo que tuvieron para gritar.

yo salí muy muy contenta (a pesar de que fueron 26 eurazos la entrada) y me consiguieron una púa que lanzaron al aire :)

Carlos J. dijo...

Yo siempre les digo a mis amigos que es una pena que nos les guste Quique Gonzalez, porque ver un directo suyo es la leche, cada miembro del grupo es brutal, y todos juntos ya ves...
Por cierto, esto es hacer una crónica de concierto ;)

Mikel dijo...

Hola Musi!
Ya he oído que el concierto de Madrid estuvo de lujo, es una pena que la gira se acabe..,Pillaste una púa? Suertuda! Cuando tiró el chaleco pensé en saltar a por él, pero... ;)

Lupín, siempre les digo lo mismo a mis amigos, aunque reconozco que cada vez ls va gustando más!

Saludos a los dos!

jesus dijo...

Muy buena crónica Mikel!! por cierto, el chaleco lo conseguí yo...

Mikel dijo...

Ey Jesús!
Me alegro de que te haya gustado, aunque nada como estar allí, verdad?
Un abrazo!