El 20 de julio de 1969 es probablemente uno de los días con mayor carga histórica del siglo pasado, y de la historia universal también. Ese día, la misión Apolo XI llegaba a la luna, y Armstrong la pisaba por primera vez en nombre de Estados Unidos, el golpe definitivo de los norteamericanos en su carrera espacial con la Unión Soviética. Todos sabemos que Armstrong fue el primero que dejó su huella en la luna, pronunciado la famosa frase que no voy a repetir, lo que ya no sabe tanta gente es que, lógicamente, no subió a la luna pilotando el cohete él sólo. Junto a él, Aldrin fue la segunda persona que que sintió el suelo lunar bajos sus pies, e incluso había un tercero en discordia, Collins, que ni siquiera llegó a salir de la nave. No entiendo de astronaútica pero imagino que el hecho de que Collins se quedara estaba pactado y tendrá miles de explicaciones sencillísimas que yo desconozco, porque vamos, a mí no me hacen subir para luego no salir, les iba a costar lo suyo tenerme encerrado. El caso es que todo el mundo recuerda a Armstrong, sus primeros pasos, su banderita, su frase ensayada durante meses... pero nadie habla de Aldrin, ése astronauta que tiene exactamente el mismo mérito que sus dos otros compañeros. Aldrin cometió el error de salir el segundo de la nave, pero estuvo dando vueltas por la superficie lunar 20 horas, el mismo tiempo que Armstrong. De hecho, Armstrong fue el primero en pisar la luna, pero nadie orinó sobre su superficie antes que Aldrin, y algo es algo. Cuando después de la exitosa misión los astronautas volvieron a la tierra, fueron merecidamente agasajados y condecorados por todo tipo de instituciones y ciudades, pero, poco a poco, la gente fue olvidando a Collins y Aldrin y convirtieron a Armstrong en el héroe, el primer hombre que pisó la luna. Se sabe (y Pablo lo cuenta en el vídeo que os dejo) que Aldrin sufrió depresiones y se abandonó al alcohol empujado por el olvido al que estaba siendo sometido por parte de la sociedad y la historia. He de decir que me he informado y tras un adecuado tratamiento superó sus problemas y hoy en día es un ciudadano respetable, autor de importantes libros y conferenciante de primera en las mejores universidades del mundo (sí, me tenía preocupado ;) )
Como el mismo Pablo confiesa antes de tocar ésta canción inédita, siempre ha sentido fascinación por los segundos, aquellos que viven a la sombra de la estrella aunque el éxito le corresponda de igual manera que a quien se lleva las fotos. Ya lo demuestra con Empate a cero, una canción dedicada a los centrocampistas defensivos, los que corren kilómetros para que la estrella del equipo marque los goles. A mí también me atraen las historias de estos héroes desplazados y marginados a la orilla del éxito, y encontrar ésta canción de Pablo dedicada a Aldrin me hizo mucha ilusión, la verdad. Me encanta la capacidad del asturiano para crear una canción de donde otros sólo ven una simple anécdota, y yo creo que ésta es la cualidad de Pablo que más admiro. Pero bueno, os dejo con la canción, seguro que os cuenta más cosas y mucho mejor que yo...
4 comentarios:
Seguro que no sabes que "Fuera de control" salió "por culpa de" "Empate a cero"... jejeje
jajaja
¿Sí?. No tenía ni idea tío!
"Empate a cero" me encanta, me parece un temazo terrible, será por lo identificado que me siento... ;)
un abrazo!
Fíjate bien en "Fuera de control", parece una historia cualquiera sobre perdedores, pero el deporte como metáfora de la vida también está, jeje. Un día te explico con calma toda la historia, te gustará saberla ;)
Sí sí, ya me contarás tío, que ahora ya me has dejado con toda la mosca...
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