Ayer por la noche, cuando llegué a casa temprano, tuve que morderme las manos para no hablar de ésta canción... Hoy lo he intentado poniéndome una camisa de fuerza, pero he acabado rompiendo las correas a mordiscos también. No sé si os ha pasado alguna vez, pero estos días me he dado cuenta de que a mi vocabulario le faltan miles de palabras por aprender, de otra forma no entiendo porque no encuentro las que puedan describir como me vengo sintiendo las últimas semanas. Es como si alguien me hubiera vaciado por dentro y se hubiera llevado toda mi capacidad de expresión, y ahora me siento como un niño que no puede explicar la sonrisa tonta que luce su colorada cara. Cada canción fue escrita para un momento, y estoy seguro de que cuando Russian Red escribió Nice Thick Feathers no tenía ni idea de que iba a ser la banda sonora de uno de los momentos más mágicos de mi vida, no de la suya. Lourdes no lo sabe, pero escribió Nice Thick Feathers para ponerle música a la situción más inevitable a la que me he enfrentado. Porque ésa es la palabra, inevitable. Estos cuatro minutos de magia me los guardo para siempre, en un cajón con llave, a salvo del paso del tiempo y los deterioros, para poder saborearlos siempre que quiera. Ayer podría haber estallado la bomba atómica ahí fuera, ni la más salvaje de las ondas expansivas se hubiera atrevido a molestarnos, estoy seguro. Sigo seco, si poder expresarme, que sea Russian Red la que hable y tú, por favor, devuélveme las palabras que, como alguien dijo, las perdí cuando te ví... ;)
2 comentarios:
Qué buena es, verdad? Su álbum es jodidamente bueno! Y es un gustazo disfrutar de uno de sus directos, porque es lo que haces... disfrutar
H
Yo la verdad es que en la últimas semanas no puedo dejar de escucharla, y tengo unas ganas locas de que llegue la noche del 6 de enero, que se pasa por Logroño!
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