Suena el móvil, abro los ojos asustado, veo la persiana bajada y escucho el ruido que viene de la calle. Sí, me he quedado dormido. Abro la ventana buscando la primavera que no llega, y me encuentro con el gesto triste del cielo que, un día más, se enfurruña y amenaza con llorar. Estiro la mano y alcanzo el ordenador que ayer se quedó encendido durante toda la noche en una silla al lado de la cama, y escondido debajo de las sábanas, pongo algo de música para darle los buenos días al mundo. Suena Kiss my name, de Antony and the Johnsons, y cierro los ojos buscando un segundo asalto de sueño que sé que no volverá, aunque, por un momento, desaparezco de mi habitación y vuelo a ese lugar donde, a veces, te llevan las canciones. Algunas caciones. Canciones como ésta. En poco más de tres minutos vuelvo de viaje, y antes de que el silencio entre canción y canción me saque de mi hipnosis, vuelvo a darle al play. Me dan ganas de abrir las ventanas, poner los altavoces al máximo e intentar que la voz de Antony calle los motores, acordeonistas y gritos que son dueños y señores del mundo tras mi cristal, pero soy egoísta y me la guardo para mí, para vosotros. Kiss my name, de Antony and the Johnsons...
2 comentarios:
Me encanta. Otra vez en la Diana! En una semana lo veré en directo...qué ganas tengo! Por cierto, me alegra que mezcles música y "poesía" en tus posts, éste en concreto me sorprendió...en fin, cosas mías. Ya está bien de halagos...jjj. Saludos Mikel
Tiene que ser una gozada verle en directo, vaya voz que tiene!
A mi me alegra que te guste, de verdad, gracias por pasarte!
Saludos!
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