Hace ya algo más de un mes y medio, y después de haber pasado los dos últimos años de mi vida conduciendo un viejo trasto de mis padres, por fin pude comprarme un coche propio. Qué os voy a contar, amigos conductores, de sobra sabéis que lo primero que hace un melómano al recibir un nuevo coche es preparse a conciencia unos buenos discos que acompañen esos primeros viajes, y yo no iba a ser una excepción, al fin y al cabo, como dice mi amigo Edu Vázquez, el automóvil se inventó para escuchar música. Removí cuantos archivos musicales encontré a mi paso, borré, copié y seleccioné meticulosamente entre canciones actuales, antiguas y recién barnizadas hasta grabar tres discos en mp3 con algunos de los temas que llevan acompañándome tantos y tantos años. Desde entonces, cada vez que entro en el coche lo primero que hago es darle al play en modo aleatorio pero, empiece por la canción que empiece, mi reproductor siempre acaba ofreciéndome Las nubes de los bares, el tema que hoy quiero compartir con vosotros y, como comprenderéis, llevo unas semanas en las que no consigo arrancármelo de la cabeza. Esta canción pertenece a las primeras maquetas que Luis Ramiro grabó cuando tenía que trabajarse a pico y pala cada asistente a sus conciertos y él era un simple trovador en busca de un sitio entre decenas y decenas de artistas que compartían su mismo sueño bajo el infinito cielo de Madrid. La verdad es que siempre me fascinó el toque dylanesco de este tema, y por más buenas canciones que el prolífico madrileño haya compuesto en los últimos años, éstas nunca han podido desbancar a Dos coplas, Puta, Mayo del 2002 o ésta que hoy os acerco de mi ránking personal, sus primeras canciones. No lo sé, cuestión de gustos, imagino. No os entretengo más, os dejo que os consumáis en las nubes de todos los bares...
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