"La tempestad, etc", Fabián

Los que me conocéis sabéis mejor que bien que Fabián es una de mis mayores debilidades musicales, tal vez la mayor. En sólo dos discos ha conseguido firmar algunas de las canciones más bonitas que jamás hayan pasado por mis oídos, y después de disfrutar de un concierto suyo hace unos meses, sé que puedo considerarme un afortunado por haberlo descubierto hace años y disfrutar como lo hago de la música que hace. Puede que nunca llene estadios, seguramente nunca compondrá la canción oficial de un mundial ni, por supuesto, la del verano, pero la capacidad que este grandullón de León tiene para escribir CANCIONES ha conseguido que muchos de nosotros lo pongamos a la altura de los más grandes, y aunque nuestro aliento no le dé de comer, tiene por nuestra parte el más merecido de los reconocimientos. En los últimos meses ha estado trabajando en un tercer disco que estoy deseando llevarme a la boca, un nuevo álbum que ya tiene casi terminado y que ahora se va a lanzar a editar sin la ayuda de ningún tipo de intermediario, amoldándose a estos perros nuevos tiempos para la industria musical. Fabián ha publicado en su blog un texto que me ha encantado y que comprendo y apoyo al cien por cien, y quería compartirlo con vosotros porque pienso que explica a la perfección la situación de aquellos que deciden apostar por sus canciones sin el respaldo de los grandes medios y sin ceder a pasajeros y estúpidos estereotipos. Un tipo con principios, Fabián. Un tipo con talento. Un tipo con un par de cojones...

Poco antes del incendio

Estos últimos días de julio los estoy ocupando en retocar un disco que llevo grabando meses. Las últimas pinceladas de un trabajo del que estoy empezando a sentirme bastante orgulloso, porque poco a poco se acerca a lo que imaginé que sería mi tercer disco cuando empecé a registrar demos hace ya un año.

He estado pensando mucho acerca de cómo editarlo, y ahora que casi está terminado, y después de haber tenido un par de experiencias con pequeñas discográficas, lo que más me apetece es olvidarme de los intermediarios y ejercer más de artesano que de artista, porque aquello es precisamente lo que soy.

En España no existe una industria musical de verdad. De hecho, la música ni siquiera forma parte de la cultura popular, como ocurre en Inglaterra o Estados Unidos. Para la mayoría de la gente, el tipo de la guitarra es el hilo musical de fondo, lo que suena mientras ocurre todo lo demás, mientras pasan cosas “importantes”. Y si deja de sonar no pasa nada, ya vendrá otro que ocupe el hueco.

Tampoco se salva un alto porcentaje de los que van a conciertos y escuchan discos habitualmente (incluidos algunos profesionales de los medios). Los prejuicios del oyente medio residente en esta España nuestra son dignos de chiste. Yo, gafapasta convencido (más por miope que otra cosa), afirmo que me iría mucho mejor en las radios y teles nacionales si tuviese un seudónimo en inglés y unas piernas bonitas.

Cantar en otro idioma también ayuda a la integración.

Viva el Indie.

Y el indio.

Lo que ocurre es que a mí siempre me ha gustado ser de provincias, y Fabián es un nombre que me pusieron mis padres porque les parecía muy bonito, y yo no les voy a llevar la contraria a estas alturas.

“¿Y entonces? ¿Qué nos queda Después del Incendio?”, se preguntará el ávido lector.

Pues a mí me quedan las cenizas, y unas cuantas canciones bonitas que espero poder hacerte llegar en forma de disco dentro de unos meses.

Y luego pasará lo que tenga que pasar. 

Y para ir abriendo boca, uno de los temas que incluirá en su nuevo disco, interpretado en el concierto de SextoHombreDigital acompañado por Carlos Madrid...

"La tempestad, etc"