Uno no se llega a dar cuenta de lo rápido que pasa el tiempo hasta que se para en el camino, se enciende un cigarro y mira hacia todo lo que ha ido dejando atrás. No puedo presumir de tener una memoria privilegiada y por eso, como os he contado más de una vez, el modo más sencillo que tengo de regresar al pasado es gracias a las canciones, ya que, éstas sí, quedan almacenadas en mi cabeza para siempre, y junto a ellas un sinfín de recuerdos que emergen de lo más profundo cada vez que las escucho. No sé si es porque últimamente estoy algo más melancólico de lo normal o simplemente es que me estoy haciendo mayor y le estoy cogiendo el gusto a eso de recordar la infancia, pero en estas últimas semanas me ha dado por mirar atrás, más atrás de lo habitual, y he ido recogiendo algunas canciones que me han hecho ver, sentir y oler cosas que nunca creí que volvería a rescatar. Canciones que, sin que yo en esos momentos pudiera darme cuenta, se clavaban en mi memoria para siempre y pasaban a convertirse en una parte muy importante de lo que yo ahora soy. Algunas las escuchaba en la radio, otras estaban en cintas de mi padres y de mi tía y otras, quién sabe por qué, se me metieron en el bolsillo para no marcharse nunca, pero todas ellas me llevan a esa época de mi vida que ahora recuerdo con una enorme sonrisa. Aquí tenéis unas cuantas, próximamente más...
"Hora punta en el metro", Mamá
"Pandilleros", Dinamita pá los Pollos
"Por el interés te quiero Andrés", Los Nikis
"Te voy siguiendo", Los Limones
"Cosas de la edad", Modestia Aparte
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