Uno de los mejores dscubrimientos musicales que hice el verano pasado fue Georgina, una canción que firmaba un grupo asturiano llamado Tucson. Muchos de los que me rodean podrían cantarla de principio a fín de lo mucho que la he puesto y de las veces que la asesino pasándola a cuchillo con mi voz... Hace unos días, sabiendo que son paisanos, le pregunté a Alfredo si conocía al grupo en cuestión y me dijo que sí, claro, que Edu Vázquez era su amigo y que creía que ya no firmaba con el nombre de Tucson. Poco después vi con sorpresa que el propio Edu Vázquez me dejaba un mensaje en el blog y, ostia, estas cosas hacen ilusión, y mucha. Joder, nunca hubiera imaginado el poder hablar con la gente que escribe las canciones que tantas horas me roban. Me dijo que, en efecto, ahora su proyecto lleva su propio nombre y que está currando en un EP que se publicará pronto. Georgina, cómo no, tendrá su sitio. Pero un músico no puede vivir de una sola canción, y es por ello que me alegro de haberme encontrado con Dormida la ciudad, otro precioso tema que merece la pena que escucheis (hay otra por Youtube, Mil kilómetros, de Tucson, que es otra gozada), y que confirma a Edu como a otro de esos artistas emergentes que habrá que tener en cuenta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario