viernes, 18 de diciembre de 2009
"Como el viento", Depedro
Como la próxima semana viene más corta de lo habitual y las carreteras no están, como diría mi abuela, para andar buscando el peligro por ahí, este fin de semana me he quedado aquí, solo, con todo lo bueno y lo malo que eso conlleva. Tener toda la casa para mí, convertir el salón en mi centro de operaciones, escuchar la música al volumen que a mí me gusta y con las puertas abiertas o fumar donde me venga en gana son algunos de los placeres domésticos que me esperan durante los próximos dos días, pero eso de estar solo tanto tiempo también tiene sus inconvenientes, como esos ataques de morriña que a un sensiblón como yo le entran de vez en cuando. No, no es que me ponga triste, pero suena determinada canción, te imagino con la nariz pegada en todos los cristales de la casa deseando que nieve y, claro, preferiría estar allí... Así que abro la ventana y dejo que la voz de Jairo vuele por encima de los tejados blancos y los ríos helados, sabiendo que cuando llegue allí, sabrás cogerla al vuelo...
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