Que el tiempo más que correr, vuela, es un hecho fácilmente contrastable en fines de semana como el que ha quedado atrás al empezar éste lunes. Después de unos meses de espera y preparaciones previas, el sábado a la hora de comer recogí a Pablo y María en la entrada de mi pueblo. Tuve que verlo con la guitarra a la espalda, delante mío, para darme cuenta de que, por fín, lo iba a ver en concierto, en Laguardia además, algo bastante más parecido a un sueño que otra cosa. Después de los típicos nervios y primeras impresiones meteorológicas, los acompañé al hostal y los dejé degustando pinchos mientras yo me iba a cumplir con mis obligaciones familiares, que uno sólo está en casa dos días a la semana y echa de menos el arroz y las albóndigas de su madre... ;)
Ya por la tarde, después de visitar los lugares de rigor, fuimos al local donde horas más tarde se celebraría el concierto para ir preparándolo todo. Mi trabajo se limitó a desenrollar cables pero, coño, ya puedo decir que participado en el montaje y pruebas de sonido de un concierto, cada día tengo un currículum más completo. Cuando conseguimos que sonara decentemente fuimos al local donde nos reunimos los amigos para ver fútbol por partida doble, en una tele el Barça y en la otra el Madrid. Siento mucho que Pablo tuviera que ver cómo volvemos a aumentar la ventaja a seis puntos, pero pronto nos olvidamos del balón para sentarnos a cenar, que ya iba siendo hora de que los invitados probaran lo más típico de Laguardia; el vino, y carne asada al sarmiento. La gente se iba soltando y sin apenas darnos tiempo a tomar un cubata volvimos al local del concierto, donde, a eso de las doce, empezó lo que durante tanto tiempo había esperado.
La experiencia me dice que es difícil llevar a mucha gente a un concierto de este tipo, durante años he visto cómo músicos como la copa de un pino tocan para poquísima gente que a veces ni siquiera está allí para escucharles. Laguardia es un pueblo diminuto, y, como ya dije hace tiempo, estoy seguro de que Pablo ha sido el primer cantautor que ha actúado allí, así que imaginaba que el A&K no estaría a rebosar. No estábamos muchos, pero estábamos muy agusto, y no cambio cien personas más por el hecho de mirar a amigos míos tararear las canciones que tan compulsivamente les hago escuchar. Pablo se echó la guitarra al hombro y durante algo más de una hora fue tocando esos temas que le han convertido en uno de mis escritores de canciones favoritos.
No os podeis imaginar lo difícil que me está resultando escribir ésta crónica, la mezcla de sentimientos fue tan fuerte que me cuesta horrores decribir lo que se me pasaba por la cabeza en esos momentos. Pablo ha ido poniendo música a los últimos años de mi vida, y el corazón se me salía por la boca mientras escuchaba cada una de esas historias que tan bien conozco. Canciones como Alambradas, Gilda o Si te veo caer flotaban a mi alrededor, creando una atmósfera nebulosa que me hacía difícil diferenciar la realidad de la imaginación, transportándome años atrás, cuando conocí su música por casualidad. No grabé videos por dos razones; la primera es muy sencilla, faltaba iluminación y no se veía nada, pero detrás de esa imposibilidad técnica también se escondían mis deseos de disfrutar del concierto, de cantar con él, hacer que sintiera el calor que merece alguien que ha venido desde Madrid para regalarme una hora de magia. Me dejé la voz con él, asesinando Desmejorado, Orgasmo universal, EL vuelo de tu falda, Higiene mental o Cosas que no se me dan bien, cerrando los ojos, recorriendo esas letras que empapelan las paredes de mi corazón. Pablo tiene una voz que me encanta, lo que no sabía era que se manejara tan bien con la guitarra. Tenía la duda de cómo sonarían las canciones desnudas, sin batería, bajo ni guitarra eléctrica, pero pronto se disipó. Si una canción es buena, suena bien en todos los formatos, y las de Pablo lo son, vaya si lo son... Me encantó Contradicción, una de las canciones más nuevas que ha escrito y que suena de maravilla, ésta tiene que tener un hueco en el disco que, seguro, pronto grabará. Se despidió tocando Miss Utopía, su hit por excelencia, invitando a mi amigo Eduardo a cantarla con él, entre el etílico delirio de todos mis amigos. Se despidió con un fuerte y merecidísimo aplauso y dejó el escenario para Stereoacoustic, que eran los encargados de cerrar la noche. Durante otra hora larga Eduardo con la acústica, Lejarza con la eléctrica, Rubén a la armónica y Velasco con la caja de percusión fueron presentando las canciones de la maqueta que con tanta ilusión llevan grabando unos meses.
Como tenía que quedar algún testimonio sonoro del evento, he extraído el audio de un par de videos que grabé, Orgasmo universal y Miss Utopía, aquí os los dejo...
La noche, en principio, había acabado, lo que no se imaginaba Pablo era que iba a ser secuestrado para unos bises privados. Volvimos al local, y allí, entre ron, whisky y vodka, nos ofreció otro pequeño concierto privado. Tuvo que tocar 11 llamadas, Xerostomía y Simetría, además de muchos de los temas que ya había cantado en el concierto. En ese momento, lejos de miradas y oídos desconocidos, rodeado de amigos, dí rienda suelta a mi oculta y frustrada faceta de cantante, reventando con mi voz sus canciones... Seguro que a Pablo no se le olvida mi voz fácilmente... ;)
La noche terminó tarde, y volvimos a casa algo renqueantes y roncos, había sido un día muy largo y al día siguiente teníamos que volar a nuestros respectivos nidos, unos cerquita, a Bilbao, pero otros tenían un viaje de vuelta algo más largo hasta Madrid.
El domingo amaneció soleado, y algo resacoso me despedí de Pablo y María, dándoles las gracias por haber venido e invitándoles a que vuelvan pronto, aunque ahora el que debe una visita soy yo, espero que sea pronto.
No quisiera despedirme sin darle las gracias a Pablo por haberme regalado un fin de semana inolvidable, ha sido un placer escucharte y, por supuesto, conocerte. Espero que hayas estado cómodo y que te hayamos tratado bien, ya sabes que las murallas de Laguardia, para tí, siempre estarán abiertas. Gracias a tí también María por haberle acompañado a conocer Laguardia, por ser tan simpática y tener una sonrisa en la boca desde el primer momento. Gracias también a Eduardo, por responder a mis miles de llamadas, por el equipo de música y por tu ilusión, sin tí hubiera sido imposible. Gracias Raúl por currarte los carteles, tener así de bonito mi blog y encargarte de la cena con Luis; a Pedro y Carlos por la ensalada, a Rubén por atreverse a tocar la armónica (¡qué bien lo haces tío!), a Rocío por compartir conmigo un día tan especial, por aguantarme y por esos pastelitos de nata y chocolate, a Karlos por dejarnos el local y financiar e concierto... Y a todos mis amigos en general por soportar mi locura musicaly ser tan buena gente con mis invitados, así da gusto...
Repetiremos, seguro...
Si no lo habeis hecho, merece la pena que le escucheis, pasaros por aquí:
Página web de Pablo Ager
Myspace
8 comentarios:
Enhorabuena Mikel. Estás hecho un crack.
Me alegro mucho de que hayas cumplido este sueño!
Un abrazo amigo!
Eres un cañon Mikel, envidia sana a leer tu cronica..que siga asi por mucho tiempo..que vales un monton pedazo de pagina. Un saludo.
Gracias a ti Mikel y a toda tu gente!!Me sentí muy a gusto! Ya estoy deseando volver!
Me alegro de haber compartido con vosotros un fin de semana tan cojonudo.
Un abrazo!
Qué máquina. Vas a tener que hacer tarjetas de visita con tu nombre como 'Promotor de eventos'. Enhorabuena tío. A ver quién es el siguiente :P
Muchas gracias JM!
El día menos pensado me traigo a Quique! ;)
Eskerrik asko Raspa! Es un orgullo leer esas palabras de alguien que tiene un pedazo de blog como el tuyo, un abrazo!
PAblo! ¿Qué decir?. gracias por dar forma a esta locura! Hay que repetir, me alegro de que te lleves buen recuerdo, un abrazo!
Nathaniel, gracias! ¿Ves? Soy chico para todo! A ver si hay próximo! ;)
Saludos!
Mikel, iba a mandarte un mensaje privado pero no encuentro la manera por aquí. Así que espero que no te importe que te agradezca por aquí, aunque de forma personal, la cálida acogida, tu hospitalidad y la de tu gente, y el entrañable fin de semana que me habéis hecho pasar. Ya sabes que tienes una casa y una amiga en Madrid.
Joer, enhorabuena tio. Me alegro que todo saliese perfecto, y que disfrutaras tanto.
Un saludo.
María, ¡qué sorpresa!. Gracias a ti, en serio, con gente como tú es fácil ser amable. Seguro que nos vemos pronto, un besazo!
Hola Lupín!
La verdad es que disfruté como un enano, y compensó, con creces, todos los nervios que había pasado.
Un abrazo tío!
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