Música de autor III; Javier Álvarez

Javier Álvarez es probablemente el cantautor que más profundo haya conseguido llegarme entre todos cuantos he conocido. Siempre ha sido un escritor de canciones con una sensibilidad fuera de lo común, y además jamás tuvo pelos en la lengua, lo que le dio más de un disgusto por cierto.
Nació en Cuatro Caminos (Madrid) en 1969 y la banda sonora de su infancia, lejos de los Serrat o Aute que en un principio podríamos pensar, la pusieron grupos como ABBA, Michael Jackson o Suzanne Vega. Casualidades de la vida, comenzó a estudiar filología inglesa como un servidor, y después de pasar unos meses en Londres vio claro que era la música aquello a lo que quería dedicar su vida. Tocó en el metro de Madrid y en el parque de El Retiro hasta que las salas del circuito de la capital pusieron sus ojos en él y le abrieron sus puertas. En 1994 se metió en un estudio por primera vez y grabó Javier Álvarez, un disco mayúsculo que contenía joyas como La edad del porvenir, Piel de pantera, Uno dos tres cuatro o De aquí a la eternidad, canciones con las que firmó una inmejorable carta de presentación. Además, para este primer disco contó con colaboraciones de lujo como la de Victor Manuel, Ana Belén, Pedro Guerra o Luis Pastor, lo que le ayudó a empezar a hacerse un hueco en la escena nacional. Dos años después llegó Dos, y Javier seguía en buena racha con temas como Sunset Boulevard, Ella diciendo sí o Mamá. Para esas alturas el madrileño ya era una referencia y sin saberlo iba abriendo el camino para toda una generación de cantautores que lo veían como un espejo en el que reflejarse. Fue por esta época en la que, supongo que por casualidad, llegó a mis manos una cinta con los dos discos y sus canciones consiguieron obsesionarme. Estaba empezando a abrirle los ojos a la música de verdad, y él junto a Ismael algo más tarde fueron los culpables de empujarme por este camino que aún no he conseguido dejar.
En 1999 llegó Tres y con él los problemas, por decirlo de alguna manera. Javier se puso a experimentar con sonidos electrónicos y dejé de conectar con él radicalmente. Quise darle una oportunidad con Grandes éxitos en el 2001 porque se había merecido con creces mi confianza, pero volvió a resbalar con un disco de versiones del que sólo se salvan algunas canciones. Desde entonces, algún disco más que nunca ha conseguido convencerme, y ya ha llovido...
Este año ha publicado un disco junto a Pablo Guerrero en el que pone música a poemas del extremeño y, por momentos, ha vuelto a emocionarme con su voz, sentimiento puro y duro. Yo siempre esperaré un nuevo trabajo en el que Javier me parta en dos de nuevo, pero mientras llega (cruzo los dedos) siempre me quedarán un buen puñado de canciones que jamás dejaré de escuchar, algunas de ellas entre lo mejor de la historia de la música española para un servidor. He aquí algunas de ellas...

"Piel de pantera", porque para mí siempre será su canción, una de mis favoritas...



"De aquí a la eternidad", porque hay muy pocas canciones tan bonitas...



"Uno, dos, tres, cuatro", porque más que una canción es un himno. Además, yo tenía claro que jamás iría a la mili y que Javier se cagara en ella me daba más motivos aún.



"Pido a las nubes que alientan mis poemas", de Guerrero Álvarez, porque es un rayo de esperanza...