Ya os he dicho muchas veces que los Beatles son el grupo de mi vida. Ya los escuchaba cuando era un niño, crecieron conmigo e incluso me acompañaron en la siempre complicada adolescencia, cuando a mi alrededor sonaban campanas electrónicas. Elegí a Lennon como mi preferido porque siempre pensé que era el que más talento y personalidad tenía, odié a Yoko, y Paul nunca fue de mi agrado. Sobre Ringo y George, la verdad, nunca tuve una opinión definida, pensaba que eran tan indispesables como prescindibles, y simplemente me caían bien, por la sonrisa que siempre lucían en videos y películas. Fue Help!, la película, precisamente, la que me hizo pensar que quizá a George era un tipo al que, cómo decirlo, le faltaban luces. Con los años, leyendo y documentándome, fui dándome cuenta que George era mucho más importante de lo que yo jamás había pensado, y cuando finalmente me enteré de que era el autor de Something, mi respeto e interés por su carrera post-Beatle crecieron desmesuradamente. Alguien capaz de escribir una canción tan buena, tan perfecta, no podía ser un guitarrista del montón, ni mucho menos. Something es una de las baladas más bonitas que jamás se hayan escrito, y aunque Harrison la escribió pensando en ragalársela a Ray Charles en un principio, finalmente la grabó con los Beatles, y quedó para siempre como una de las mejores de su extenso y exquisito repertorio. Something es una de esas canciones que siempre apetece escuchar, así que ya sabeis, toda vuestra...
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