lunes, 19 de abril de 2010

"Rosita", Amaral


Es curiosa y caprichosa la manera de trabajar de mi memoria; en ocasiones me cuesta recordar con nitidez sucesos importantes que han ocurrido hace no mucho tiempo y en otras, guarda para siempre y con una claridad brutal otros de escasa o niguna trascendencia. Me sucede sobre todo con las canciones, y es que siempre se me suele quedar grabada la primera vez que las escucho. No me pasa con todas ni mucho menos, pero sí con las que me llegan de verdad y, otras veces, con otras que no lo hacen tanto pero que, de alguna manera, han decidido permananecer en mi cabeza para siempre. El otro día volvía conduciendo a casa, escuchando uno de los muchos cds recopilatorios que grabé cuando empecé a conducir hace unos meses, y empezó a sonar Rosita, una vieja canción de Amaral. Sí, es bonita y me gusta, pero jamás en la vida diría que es una de mis favoritas. Sin embargo, según iba conduciendo mi mente viajó más de diez años atrás y se posó en ese mismo viejo Xantia que ahora conducía. Entonces no iba al volante, la que conducía era mi madre, y yo iba enfurruñado atrás. Veníamos de comprar unas botas de fútbol y no me había salido con la mía, así que el silencio llenaba cada centímetro cuadrado del coche. Lo que sonaba era la radio, los 40 Principales probablemente, y la locutora presentó una canción preciosa de un nuevo grupo de Zaragoza. Puedo recordar perfectamente que íbamos cruzando un puente sobre el Ebro, el olor del ambientador del coche, el color de esa tarde... Recuerdo que me incliné para darle volumen al ver que me encantaba lo que escuchaba, y empecé a repetir para mí el nombre de Amaral constantemente para que no se me olvidara antes de llegar a casa... No sé por qué razón, pero cuando escuché Rosita el otro día di un salto en el tiempo que ni el mismísimo Michael J Fox, y todo por una canción que, repito, nunca incluiría entre mis favoritas a pesar de gustarme. Cosas de la música, ya sabéis.
Os traigo un video que he encontrado de cuando Eva y Juan ni siquiera habían publicado su primer disco. Corría 1997 y eran unos recién llegados a Madrid, donde habían llegado buscando un sueño abandonando su Zaragoza natal. En el video los aragoneses interpretan Rosita en el Rincón del Arte Nuevo, y además Eva añade una estrofa que jamás aparecería en la versión del estudio. Quién les iba a decir a ellos que acabarían llenando plazas de toros, y a mí que nunca olvidaría esa primera vez que escuché Rosita... ;)

2 comentarios:

pAbLeRíE dijo...

Joder tio, que buena entrada! Te ha quedado de lujo!
Cuánto poder tiene la música a la hora de recordar momentos, y de disfrutar de ellos, y es completamente cierto, la memoria es caprichosa como ella sola...
Un saludo jefe!

Mikel dijo...

Muchísimas gracias Pablerie!
Pensaba que nadie leería entera la parrafada! ;)
Lo de la música y la memoria es algo que escapa a todo estudio científico...
Un abrazote, gracias por pasarte y comentar!