Parece que he encontrado un rincón estratégico de la casa en el que la wifi de los vecinos entra, aunque sea algo lentamente y de manera intermitente. Ya he vuelto aquí, a mi piso con mis compañeros, fue llegar el sábado, pasar un par de horas y tener la sensación de que nunca me había ido. La alegría y emoción de ver de nuevo a mis amigos y contarnos las batallitas estivales de rigor, volví al mundo real y me dí cuenta de para qué estoy aquí, que no es otra cosa que estudiar. Hoy iba a la universidad con la cabeza gacha y, con pocas ganas de hacer nada y muchas de llamar a todos aquellos que no he visto en dos meses, dándome cuenta también de lo mucho que echaba de menos andar por estas calles solo escuchando mi música. Iba yo con el peor humor del mundo hasta que ha empezado a sonar esta canción, y creo que ha sido la primera vez que me he sentido con algo de ánimo en todo el día, y eso que llevaba despierto unas cuantas horas ya...Le cogí algo de tirria a esta canción hace un tiempo, más aún cuando la utilizaron para hacer un anuncio de algún producto que, como es habitual, no recuerdo. Pero hoy la he escuchado después de un tiempo y me ha hecho sonreír, y para eso está la música, a veces para reír y otras para llorar, lo importante es que te haga reaccionar. Os dejo antes de que la señal baje de intensidad, She moves in her own way, de The Kooks.
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