domingo, 18 de mayo de 2008

"Bus Stop", The Hollies

Bueno, parace que la cosa, poco a poco y a medida que los minutos esprintan hasta el final del día, se va aclarando (metafóricamente hablando, por supuesto) y esas lágrimas que hace unas horas quería derrochar me las guardo para una ocasión más especial, quizá un día señalado.
Estaba yo pensando en la enorme maleta que tengo que hacer ahora, ya que no vuelvo a casa hasta junio, y maldiciendo el tener que hacer el viaje en autobus. No me disgusta vijar en autobus, pero sólo si me aseguran que voy a tener dos asientos para mí, no imaginais lo duro que resulta tener piernas largas como las mías y tener que compartir asiento...es sinónimo de un par de días con dolor de rodillas. Eso sí, si voy solo me encantan esas dos horas de soledad en las que leo y escucho lo que quiero. En estas cosas estaba pensando yo cuando, como si la hubiera invocado, ésta canción ha venido a mi cabeza directamente desde los sesenta. Se llama
Bus Stop , la interpretan los británicos The Hollies y fue un auténtico éxito allá por el año 66( si mal no recuerdo ;) ). El tema en cuestión habla de un amor que surge en la parada del autobús, día tras día, bajo un estúpido paraguas. Todo el que me conoce sabe cuánto puedo llegar a odiar los paraguas, sobre todo a las personas que llevan paraguas y les da igual darte con ellos en la cara, meterte las varillas por los ojos...con tal de no mojarse. Odio que llueva y tener que ir esquivando paraguas como si estuviera en un campo de minas. Pues la canción habla de eso básicamente, y si la conozco es porque hubo un breve periodo de tiempo en el que me identificaba con ella a más no poder. No, nunca he empezado una relación esperando a un autobús, pero hubo un tiempo en el que todos los domingos, cuando volvía a Bilbao, en una de las paradas se subía siempre una chica muy guapa, que se ponía al lado mío pero del otro lado del pasillo. Nunca llegamos a hablar más de un minuto, pero siempre, siempre, nos saludábamos y nos preguntábamos qué tal sin saber después como continuar la conversación. Por esos tiempos me dio a mí con esta canción, porque pensaba que algún día, tarde o temprano, subiría con bolsas y me explicaría que es lo que había estado comprando, como sucede en ella. Pero nunca compró, o al menos no me enseñó sus compras jamás, y ahí se quedó la cosa. Ahí, aquí; dentro de mi cabeza.
Hace tiempo que no veo a la chica, porque hace tiempo que no vuelvo en autobús, así que quizá hoy me lleve una sorpresa en esa estación en la que antes tanto me gustaba parar. Recuerdo que antes me encantaba que llegara la hora de coger el autobús sólo por los nervios que pasaba al llegar a su pueblo, la emoción de saber si se subiría o no.
Hay que ver las cosas que tiene la imaginación, o estar todo el día leyendo libros y escuchando canciones en las que las vidas de gente completamente desconocida se cruzan sin parar. De momento, voy a meter unos kilos de realidad en la maleta; seguro que tengo tiempo de imaginar cuando arranque el autobús.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

hola, me ha encantado la entrada. es una preciosa cancion. a juan de pablos le encanta. pero por cierto me dejaste con la incertidumbre....subió ella? que sentistes?.
un abrazo. antonio

Mikel dijo...

Ey Antonio! Gracias por pasarte y comentar, me alegro de que te haya gustado! Pues no, no subió, y aunque lo hubiera hecho, seguro que no hubiera sido capaz más que de darle las buenas tardes, como siempre.
Saludos!