Luis Ramiro es probablemente el más prolífico de los llamados cantautores de nueva generación. Pese a que sólo ha publicado un disco, Castigado en el cielo, son muchísimas las canciones que ha compuesto y que andan por internet. Luis es una de mis mayores debilidades, me encanta la forma que tiene de ver las cosas más comunes que todos vivimos, y su capacidad para imaginar otras que sólo habitan en su imaginación. Si tuviera que elegir mi canción preferida del madrileño no sabría por cual decantarme, tiene tantas tan buenas como Amanda, Puta, Mayo del 2002, Relocos y recuerdos, o La sirena que me resulta imposible quedarme con una. Por eso me pareció curioso cuando hace algún tiempo ví o leí en una entrevista que le hacían que, para él, la mejor de sus canciones o su preferida era Mi canción definitiva. Mi canción definitiva es una canción distinta a lo que Luis suele hacer, con un estilo cercano al de Dylan, en el que más que cantar habla rápido, hace un resumen de su vida. Yo nunca le había prestado especial atención al tema en cuestión hasta que esa confesión me llevó a ella. Desde fuera, está claro que no es su mejor canción, aunque es evidente que para llegar a entenderla hay que ser Luis, o al menos conocerle. Sin embargo, también reconozco que Mi canción definitiva tiene algo especial, algo que me ha hecho escucharla unas cuantas veces seguidas... ¡Que os guste!
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