Los Smiths son sin duda una de las bandas más importantes e influyentes de las últimas décadas. El grupo nació, como yo, en 1984, y mientras el mundo de la música latía al ritmo del tecno-pop, ellos irrumpieron con sus infuencias de los 60 y 70, creando admiración y controversia al mismo tiempo. Los Smiths son el fruto de la unión entre Marr y Morrissey. El primero buscaba gente con la que formar un grupo, y pronto le hablaron de Morrissey, un difícil joven enamorado de la literatura de Oscar Wilde que, según le dijeron, tenía una peculiar forma de escribir. Rápidamente congeniaron y la facilidad de Morrissey para la escritura y la capacidad de composición musical de Marr dieron sus frutos con The Smiths, su álbum de debut publicado en el mismo 1984. El disco estaba plagado de referencias a la literatura, y de letras salpicadas por la polémica como el caso de Reel around the fountain, una canción a la que The sun acusó de promover la pedofilia. Hay cosas que no cambian, y la prensa inglesa es una de ellas, desgraciadamente. El debut de The Smiths tuo buena aceptación, aún así resultó ser más suave y relajado de lo que la gente esperaba, y es que Morrissey antes de entrar en el grupo había sido el cantante de otra banda de corte punk, por lo que los que los conocían esperaban algo más de energia, de fuerza. Un año después publicaron Meat is murder, un ábum mucho más político y controvetido desde el mismo título, un tema a favor del vegetarianismo (si mi padre, carnicero él, entendiera el inglés...). De hecho, Morrissey prohibió a los miembros de la banda dejarse fotografíar comiendo carne. Pero no sólo los carnívoros fueron blanco de los dardos de Morrissey, Margaret Thacher y la Casa Real inglesa tampoco se libraron. Éste disco los confirmó como un grupo a tener en cuenta para los que ya los conocían, y despertó la curiosidad de aquellos que nunca los habían escuchado antes. Y entonces llegó él, The queen is dead. Considerado su obra maestra, el disco es un habitual de las listas de mejores álbumes de la historia, con éxitos como Never had no one ever, There´s a light that never goes out o la que hoy os dejo, la magnífica Cemetry Gates. El disco es la mezcla característica del grupo entre lo oscuro y sombrío y el afilado sentido del humor de Morrissey, una combinación que resultó ser poco menos que perfecta. Es uno de los mejores discos de la historia, y uno de los más importantes también. The queen is dead fue un bombazo, un éxito a gran escala que los catapultó a la primera linea del panorama musical europeo. Pero con el éxito, como ocurre tantas veces, llegaron los problemas. El bajista Rourke fue expulsado de la banda por su adicción a la heroína de una manera muy curiosa; Morrissey le dejó un post-it en el parabrisas de su coche en el que le decía que ya no formaba parte del grupo y le deseaba toda la suerte del mundo. Peor que una multa, desde luego. La relación entre Morrissey y Marr cada vez era más tensa y para cuando publicaron el que resultó ser su último disco, Strangeways, here we come, la banda ya se había disuelto definitivamente. En poco más de tres añosde existencia los Smiths se convirtieron en un grupo de culto, una referencia para la música de los 90 en general y el brit-pop en particular, canciones cuyos ecos siguen sonando hoy, veinte años después.
Últimamente no paro de escucharlos, y aunque como me sucede con muchísimos otros grupos llegué algo tarde, nunca lo es para recuperar el tiempo perdido. Os dejo con la que para mí es una de las mejores canciones de los de Manchester, plagada de referencias literarias (Keats, Yeats, Wilde...) y con ése sonido tan característico y diferente de Morrissey y compañía. Disfrutadla.
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